Visión de México para la actividad empresarial: optimismo cauteloso
- junio 18, 2019
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México se encuentra en un momento decisivo para su desarrollo futuro. El país cuenta con legitimidad y poder político suficiente para afrontar lo que se ha denominado la “Cuarta Transformación”. Existen grandes oportunidades en el ámbito empresarial, por la magnitud de su mercado interno y por la vecindad con Estados Unidos y Canadá. Resulta pertinente que las empresas reafirmen su compromiso con la sociedad y en la política se haga prevalecer la institucionalidad democrática, la certidumbre jurídica y el Estado de Derecho.
México está en un momento decisivo para su desarrollo futuro. A partir del 1 de diciembre del pasado año 2018, ocupa la Presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador, quién apenas hace cinco años fundó el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y obtuvo un triunfo electoral contundente, con el 53% de los votos emitidos, y con la mayoría de la Cámara Federal de Diputados y del Senado de la República. Cuenta con la legitimidad y el poder político suficientes para llevar a cabo lo que él mismo denomina la “Cuarta Transformación” de México, tras la Independencia (1810), la Reforma (1857) y la Revolución (1910).
Aunque no está claramente definido en qué consiste esta Cuarta Transformación, es evidente que sus ejes fundamentales son la eliminación de la corrupción en todas sus manifestaciones, tanto en la esfera pública como privada, y la separación del poder económico del poder político, que implica, desde su parecer, rectificar el modelo económico que se identifica con el neoliberalismo y asignar al Estado un papel de mayor intervención en la economía.
Sin embargo, ha afirmado categóricamente, incluso con compromiso público, el respeto a la autonomía del Banco Central (Banco de México), la apertura de la economía y el apoyo al recientemente negociado Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC.
El nuevo ejecutivo reitera su convicción democrática y el debido respeto a los poderes Legislativo (donde su partido tiene mayoría) y Judicial, lejos del autoritarismo unipersonal y con prevalencia del Estado de Derecho que es el déficit mayor, a mi juicio, del México actual. Preocupan los niveles de inseguridad en regiones del país y la impunidad prevaleciente; junto a la desigualdad, ésta es sin duda la mayor debilidad de México en estos tiempos.
El nuevo gobierno inicia su andadura con decisiones que desconciertan, como la suspensión de la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (que tiene más del 30% avanzado a través de financiación de bonos emitidos en el mercado internacional que tendrán que ser pagados con recursos fiscales), la construcción del Tren Maya en el sureste del país, sin contar previamente con estudios integrales de financiación económica ni de impacto ambiental en una región de rica y abundante flora, fauna y recursos forestales.
Ha sometido a consideración del Congreso Federal la creación de una Guardia Nacional integrada por cuadros militares, algo muy fuertemente cuestionado, que ha sido aprobado al incorporar un mando civil. Es su gran apuesta para combatir el crimen organizado y resolver la preocupante situación de inseguridad.
El gobierno de López Obrador ha reconocido explícitamente la importancia de la inversión privada en el proyecto de la Cuarta Transformación. Pretende alcanzar para el 2019 un crecimiento del PIB del orden del 2% real y en promedio para el siguiente quinquenio del 4%. En esta meta coinciden el gobierno y la representación empresarial, y apuntan como bases para lograrlo la con estabilidad macroeconómica, la disciplina fiscal y los incentivos a la inversión privada, sobre los que reiteradamente se afirma que se estimularán.
Las primeras señales en este sentido son positivas y las organizaciones empresariales representativas en el país han manifestado su decisión de colaborar con el gobierno en el combate a la corrupción, el atemperamiento de la desigualdad y, sobre todo, en el incremento de la inversión, el crecimiento económico y la vigencia de la democracia, el Estado de Derecho y el respeto a la libre empresa.
La colaboración del empresariado en México cuenta con un amplio abanico de oportunidades para quienes confiamos en la prosperidad de la nación en los próximos años. Según cifras de la Organización de Naciones Unidas, México será el segundo país más poblado en América Latina (después de Brasil) y el décimo a nivel global en 2030. La población será de 150 millones de habitantes, un mercado excepcional para generar valor para la sociedad, las empresas y el gobierno. Casi el 60% de esta población estará en edad productiva, lo que nos enfrenta al reto de desarrollar las habilidades, las capacidades y el talento que el país requiere a fin de contribuir al crecimiento económico y a mejor calidad de vida de las y los mexicanos.
Por esto mismo, resulta pertinente que las empresas reafirmen su compromiso con la sociedad, pues además de generar bienes y servicios útiles a la comunidad, son promotoras indiscutibles de la cohesión social. Sin empresa no hay progreso compartido y esto implica desempeñarse con una filosofía empresarial de responsabilidad y de ética social. Hoy más que nunca, la misión del sector empresarial es contribuir a la creación no sólo de valor económico, sino también y de manera simultánea social, ambiental y cultural.
A modo de síntesis puede afirmarse que la actividad empresarial en México tiene grandes oportunidades, por la magnitud de su mercado interno y por su vecindad con Estados Unidos y Canadá. De manera prioritaria, debe asumir el reto de hacer prevalecer en la coyuntura política actual, la institucionalidad democrática contraria al populismo, la certidumbre jurídica y el Estado de Derecho.
Escrito por Genaro Borrego E., Director de Asuntos Cooperativos FEMSA
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