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La resiliencia de la economía mexicana

La economía mexicana sigue creciendo y el desempleo abierto es inferior al 5% a pesar de haber sufrido tres crisis económicas de grandes proporciones en los últimos 40 años. Esta resiliencia ha sido el resultado de la lucha de empresarios y trabajadores por adaptarse para aprovechar las ventajas competitivas del país y compensar políticas y decisiones gubernamentales que no siempre han sido las mejores.

La economía mexicana sigue creciendo y el desempleo abierto es inferior al 5% a pesar de haber sufrido tres crisis económicas de grandes proporciones en los últimos 40 años.

La primera crisis a principios de los años 80 como resultado de graves excesos en los déficits fiscales que llevaron al país al incumplimiento de pagos, se estatizó el sistema bancario y se impuso el control de cambios, lo que provocó mayor ineficiencia y corrupción, sin embargo a fines de los 80 se reanudó con vigor el crecimiento económico.

La segunda crisis ocurrió en diciembre de 1994, cuando se endeudó al país en forma exagerada y a corto plazo con fines políticos, para evitar el incumplimiento del pago de los bonos gubernamentales, el país fue rescatado con un préstamo de 50,000 millones de dólares que otorgó el Presidente Clinton contra la opinión de su Congreso. El préstamo se pagó antes del plazo convenido y el crecimiento se reanudó a fines de los años 90.

La tercera crisis derivada de la que la economía mundial ha sufrido a partir de 2009, también ha sido superada, el país sigue creciendo a pesar del derrumbe de los precios del petróleo que hace 40 años era la mayor fuente de divisas y de la caída de precios de los metales que ha afectado sensiblemente a la minería.

De la vecindad con los Estados Unidos, México ha derivado dos importantes apoyos para sus recuperaciones económicas: el turismo, que derrama 18,000 millones de dólares anuales por el atractivo de sus playas y sus sitios históricos, y las remesas que, por más de 24,000 millones de dólares anuales, mandan a sus familias los emigrados.

Volvamos a los años 90. Es importante señalar que la orientación económica del país cambió radicalmente a raíz de la firma en enero de 1994 del acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México (NAFTA). La planta industrial mexicana, creada en una economía cerrada y enfocada al mercado interno, se transformó radicalmente al orientarse hacia la exportación para aprovechar las nuevas condiciones macroeconómicas y participar del mercado norteamericano, en ese momento el más grande del mundo.

Como consecuencia de este cambio radical, las exportaciones se multiplicaron por 15 en los últimos 20 años, pasando de 2,000 a más de 30,000 millones de dólares mensuales en 2015, más del 80% de este monto con dirección a los vecinos del norte, Estados Unidos y Canadá.

Las grandes empresas automotrices invirtieron para convertir a México en su plataforma de exportación y un país que hace 20 años ensamblaba autos para su pequeño mercado interno, se convirtió en productor de 3.4 millones de automóviles en 2015, que se exportan no solo a toda América sino también a Europa, la demanda interna llegó a 1.3 millones de autos anuales, con las inversiones en proceso se estima que la producción llegará a 5 millones de automóviles anuales para 2019.

Mientras las trasnacionales invirtieron en México para aprovechar el NAFTA, los grandes corporativos mexicanos decidieron incursionar fuera de México para volverse globales, América Móvil, de telecomunicaciones se expandió por Latinoamérica y después invirtió en Europa, Femsa se convirtió en el mayor embotellador privado de Coca Cola, cubriendo Latinoamérica y recientemente Filipinas, Alfa con Nemak se convirtió en el mayor fabricante del mundo de cabezas y monoblocks de aluminio para motores de gasolina y diesel, con 35 plantas en 15 países, Cemex creció hasta volverse la tercer empresa cementera mundial con plantas en América, Europa y Asia y Grupo Bimbo se convirtió en la empresa de panificación más grande del mundo, con presencia en las Américas, Europa y Asia.

Dentro de esta historia de resiliencia, se distingue particularmente la industria Regiomontana, que se ha convertido en la más globalizada del país, Monterrey fundado hace 400 años en el norte de México por familias de sefarditas conversos que huían de la inquisición, se continuó nutriendo con oleadas de inmigrantes, entre ellos jóvenes vascos que en el siglo XIX abandonaron España al perderse los fueros vascos como resultado de las guerras carlistas.

La clase empresarial regiomontana es unida, solidaria y de fuerte vocación industrial como la del País Vasco, además se ha preparado en las mejores universidades norteamericanas y tiene una visión global, la ciudad cuenta con excelentes universidades privadas y públicas que han recibido por años el apoyo de los hombres de negocios locales para formar ingenieros, ejecutivos y emprendedores de nivel internacional.

3 de los 5 Grupos privados más grandes y globalizados de México tienen su base en Monterrey, pero además hay decenas de grupos como Proeza que a través de Metalsa produce autopartes en 17 países o como Corporación EG que produce bombas para la industria petrolera en Norteamérica, Europa y Asia.

La resiliencia de la economía mexicana, ha sido el resultado de la lucha de empresarios y trabajadores por adaptarse para aprovechar las ventajas competitivas del país y compensar políticas y decisiones gubernamentales que no siempre han sido las mejores.

 

Escrito por Manuel Sama, Socio Director en Sama, Cueva y Valencia Consultores Asociados.
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