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Internacionalización: Cómo jugar la Champions League

La internacionalización se consolida como motor del crecimiento. Los datos reflejan un buen resultado. Se ha exportado más, lo han hecho más empresas y en más lugares. Detrás de este esfuerzo no está únicamente el peso de las grandes empresas exportadoras, sino el importante trabajo que están haciendo los llamados «hidden champions», asimilados al famoso Mittelstand alemán, que han sido capaces de combinar eficiencia, cohesión, manteniendo las raíces en el territorio y en la sociedad que las rodea, pero aprovechando al máximo las oportunidades de la globalización. Empresas que sin ser grandes son internacionalmente muy potentes porque dominan nichos de mercado gracias a su agilidad y capacidad de adaptación.

Para seguir teniendo organizaciones flexibles y preparadas para encarar futuros el camino es tener una estrategia de internacionalización que visualice toda la cadena de valor y ser conscientes de los cambios organizativos que implantar esta estrategia nos pedirá

La internacionalización como motor de crecimiento

De tanto repetirlo, en ocasiones da la impresión de que ya no es importante, pero es preciso no olvidarlo. Por dimensión, Cataluña necesita insertarse en el mundo. El grado de apertura de nuestra economía es un factor muy importante.

Así que hoy quiero hablar de internacionalización. De esta internacionalización que se consolida como motor del crecimiento de la economía catalana.

Si hacemos un rápido repaso, vemos que las exportaciones catalanas representan el 28,1% del PIB del 2012, lo que significa 1,8 puntos porcentuales por encima del peso del 2011, y casi 8 puntos porcentuales por encima del peso del 2009.

Cataluña cerró el año 2012 con un nuevo récord de exportaciones, una tónica que se mantiene según los datos actuales de 2013. Este récord se refleja en tres ámbitos, todos ellos primordiales:

  1. Ha aumentado la exportación. Los 58.283 M€ (con un crecimiento del 5 %) que las empresas catalanas vendieron al extranjero significan el 26,2 % del total de España, el doble que Madrid (12 %) o Andalucía (11,3 %). Unos datos que son relevantes si recordamos, una vez más, que Cataluña representa el 6 % del territorio y el 15% de la población del Estado.
  2. Ha crecido la base de empresas exportadoras con un aumento del 6,4 %, alcanzando la cifra de 45.937 y, lo que aún es más importante, el número de empresas exportadoras regulares creció un 4,7 %, lo que representa el 36 % del total de empresas de todo el Estado que exportan regularmente.
  3. Y lo hemos hecho en más lugares… A pesar de que nuestras exportaciones se concentran aún en los mercados de proximidad (UE), hemos constatado que crecían en otros lugares del mundo, especialmente en los países emergentes. En 2012 las ventas extracomunitarias representaron el 38 %, con un aumento interanual del 16,1 %.

Por lo tanto, hemos exportado más, lo han hecho más empresas y en más lugares. Un buen resultado que refleja una economía abierta de un país emprendedor.

¿Quién hay aquí?

Aunque es cierto que existe una importante concentración en las empresas más grandes cuando hablamos de exportación (las primeras 25 empresas concentran el 30 % de la exportación), este hecho ni puede ni debe ocultar el importante papel que desempeñan y están desempeñando en los crecimientos de los últimos años los siguientes niveles, por dimensión de empresas: las equivalentes a las Mittelstand alemanas.

Efectivamente, tras este esfuerzo, existe el importante trabajo que están realizando los llamados hidden champions, los «campeones ocultos», si usamos la terminología acuñada en el Centro de Europa para referirse con otra denominación a la idea del Mittelstand, y que en Catalunya está bastante extendida por el uso que hace de ella regularmente el profesor Juan Tugores en sus artículos.

De hecho están tan «ocultos» que los hemos bautizado también nosotros con varios nombres: «las gacelas», «las Nei»… Pero hoy nos quedaremos con las «hidden champions». ¡Nuestros Campeones ocultos!

Estos campeones ocultos, que igual que en el famoso Mittelstand alemán, han sido capaces de hacer un increíble esfuerzo y combinar eficiencia y cohesión, mientras mantenían sus raíces en el territorio y en la sociedad que les rodea, pero aprovechando al máximo las oportunidades de la globalización. Son empresas pequeñas o medianas internacionalmente muy potentes, porque dominan nichos de mercado gracias a su agilidad y capacidad de adaptación.

En nuestro tejido de medianas y algunas pequeñas empresas tenemos «los campeones ocultos» de nuestra exportación. Con ellas se afirma que Cataluña tiene un gran activo, que existe un «Mittelstand catalán» con un potencial enorme.

¿Y cómo son estos campeones del Mittelstand?

Son empresas que por su propia dimensión deben buscar una cierta «multidimensionalidad» y así, cuando hablamos de la empresa, hablamos de sus equipos pero también de sus centros de investigación, las universidades… y de los distintos elementos del sistema que tienen que remar en la misma dirección.

Son empresas que piensan con visión de futuro. ¡Tan importante en la época en que vivimos donde el día a día lo devora todo! Siempre han pensado, de manera prudente, tal vez financieramente conservadora, en el día de mañana… en la sostenibilidad de un proyecto familiar heredado que será preciso, en su momento, trasladar a las siguientes generaciones, más fuerte, más sólido si cabe.

Se caracterizan por la diferenciación, por ser empresas de nicho, y esto les ha obligado a incorporar en su ADN la necesidad de la innovación – la Calidad en su momento. Pero sobre todo, podemos definirlas como empresas especializadas y fuertemente internacionalizadas. Han conseguido especializarse en nichos de mercado donde son y luchan por ser líderes mundiales, en actividades muy específicas que muchas veces no interesan a los grandes grupos. Son empresas globales que juegan y compiten en primera división. ¡Preparadas para la Champions!

No ha sido fácil. No es fácil. Cuando hablo con ellas para cerrar una reunión, por ejemplo, la conversación con el CEO puede derivar en algo así: «Umm… veamos, esta semana estoy en la India, finalmente no iré a China pero debería pasar por México… Sí, estaré aquí el jueves, nos vemos este día.»

Su lema podría ser Roda el món i torna al born!, refrán catalán que vendría a significar ¡El mundo rodarás y a tu tierra volverás!

Pero esto no acaba aquí. Es preciso en el ámbito de la internacionalización, seguir trabajando en dos grandes retos.

El reto de internacionalizar la cadena de valor

Un factor clave que marca la situación actual ha sido la reordenación de la cadena de valor que ha provocado básicamente los siguientes factores clave:

  • Un aumento de los procesos de externalización de diferentes actividades empresariales.
  • La creación y transformación de nuevos entornos de relación y de interacción entre actividades consideradas manufactureras y actividades de servicios.
  • Nuevos sistemas de relación entre cliente y empresa y entre éstas y los diferentes agentes del sistema…

En resumen, nuevos retos que requieren que la empresa se plantee cómo inserta partes de su cadena de valor en las cadenas de valor internacionales.

Es preciso establecer una estrategia de internacionalización que visualice toda la cadena de valor, planteándose qué oportunidades ofrecen los distintos mercados para cada una de las actividades de la empresa desde el origen a la distribución final. Es decir, pensar en acción comercial, implantación comercial, implantación productiva, I+D+i, captación de talento, cómo acceder y compartir conocimiento, búsqueda de materias primas, establecimiento de alianzas que aporten valor al negocio…

Y eso significa huir de las «modas de los mercados» y establecer estrategias de internacionalización que tengan en cuenta toda la cadena de valor de la empresa, analizando las oportunidades que cada mercado ofrece según las distintas actividades, asumiendo que cada una de ellas nos pedirá modelos de enfoque y de comportamiento distintos.

El reto de organizar el crecimiento internacional de la empresa

Este proceso de crecimiento internacional importante y concentrado en poco tiempo, requiere volver a pensar también en cómo organizamos la empresa. Cómo ordenamos su crecimiento presente y futuro.

Debemos ver cómo se aprovechan las sinergias entre los distintos negocios, si vamos hacia la especialización o no de las distintas plantas. Cómo se estructuran las unidades de negocio y se resuelven los problemas y desequilibrios entre ellas.

Repensar el modelo de relación matriz-filial, y abrirse a la necesidad de dar más o menos autonomía a los países. Cómo se pasa a funcionar como una corporación. Qué servicios debe dar la unidad corporativa a las distintas unidades y a las filiales.

Se trata, en definitiva, de tener una estrategia de internacionalización que pedirá cambios organizativos para implantarla, vertebrando así organizaciones lo suficientemente flexibles y preparadas para afrontar futuros. Futuros que podemos decir desde ahora que serán difíciles de predecir, pero no por ello menos apasionantes.

Escrito por Montserrat Palet.
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