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Impacto más allá del resultado económico. El caso del estudio de impacto de Laboral Kutxa

Como sociedad queremos que nuestras empresas actúen de forma ética además de cumplir con la ley. Los estudios de impacto pueden ser una buena herramienta para medir la contribución de una empresa al bienestar común, y con ello introducir y acomodar esta dimensión en su gestión estratégica. Lo ilustramos con el caso de Laboral Kutxa.

La conocida como Doctrina Friedman sobre ética empresarial defiende que la única responsabilidad social de la empresa es aumentar su beneficio cumpliendo la ley. Buscando el beneficio sin violar las reglas de juego en un mercado libre, la empresa maximizaría el resultado y dejaría a sus dueños la decisión de realizar inversiones sociales.

Aunque las noticias sobre escándalos empresariales “hacen buena” esta doctrina, existe consenso sobre la necesidad de que nuestras empresas actúen de forma ética además de cumplir la ley y pagar impuestos. Las reglas de juego de los negocios están fijadas varios escalones por debajo de nuestros principios morales y cada vez más, demandamos que los proyectos empresariales sean socialmente responsables.

Los estudios de impacto pueden ser una buena herramienta para medir la contribución de una empresa al bienestar común, y con ello introducir y acomodar esta dimensión en su gestión estratégica.

La metodología de impacto económico

Los estudios de impacto económico se basan habitualmente en el modelo Input-Output sobre contabilidad nacional y regional, también conocido como modelo de Leontief. Tomando como referencia las tablas que relacionan los flujos de bienes y servicios entre distintos sectores de la economía, permite cuantificar la contribución de una actividad concreta al valor añadido, al empleo y a los ingresos fiscales de dicha economía.

El interés por medir la repercusión y el retorno de inversiones en ciertas infraestructuras o el de eventos concretos en un territorio ha extendido la utilización de los estudios de impacto. Son habituales las noticias que se hacen eco de la riqueza que deja un gran evento en nuestra ciudad, o de la recuperación vía impuestos que una administración logra de una infraestructura que promueve.

En los últimos años la medición del impacto comienza a extenderse también a empresas de cierta dimensión, que se relacionan con múltiples partícipes sociales y que pueden ejercer un efecto tractor sobre los entornos en los que operan. Gracias a la medición de su impacto, estas empresas aproximan el valor de su aportación a su entorno y cuentan con una herramienta de comunicación y transparencia con sus grupos de interés principales.

El caso de Laboral Kutxa. Impacto económico como potenciador de la Responsabilidad Social Empresarial y de la Estrategia

Laboral Kutxa, primera entidad bancaria cooperativa del País Vasco y segunda en España, apuesta por la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como elemento vertebrador de su cultura corporativa y de su manera de entender y hacer empresa. Ha logrado integrar la RSE en su día a día y en 2015 quiso reforzar esta dinámica tratando de hacer tangible su compromiso social y económico. Dicho de otra forma, quería traducir a números el conjunto de esfuerzos que acumula cada año, para poder valorarlos mejor, comunicarlos de forma más sencilla y facilitar la toma de decisión sobre estas acciones.

Con nuestra ayuda, Laboral Kutxa realizó una reflexión sobre su rol en la sociedad y su relación con grupos de interés que permitió identificar variables críticas de impacto económico y social en los distintos niveles de su negocio. Entre otras, analizó su actividad bancaria desde una visión de apalancamiento de inversiones en la que sus esfuerzos por acceder a nuevas figuras de financiación públicas se relacionaban con el apoyo a un mayor número de proyectos individuales y empresariales con viabilidad económica. También pudo entender mejor el destino final e impacto de los fondos que anualmente destinaba a proyectos de desarrollo económico y social. Y éstas y otras variables pudo expresarlas con números que permiten interpretar de forma inequívoca su contribución a la sociedad y a la economía (ver el recuadro que acompaña al artículo para conocer una selección de mensajes sobre la contribución de Laboral Kutxa al País Vasco y Navarra en 2014).

La realización del estudio de impacto no convirtió a Laboral Kutxa en una empresa más ética. Pero ayudó a reforzar la importancia de la contribución social en sus decisiones estratégicas y operativas. Fijó unos indicadores consensuados con los que poder evaluar periódicamente sus avances en éste ámbito. Y permitió dar forma a mensajes con los que se iniciaron conversaciones internas y externas con el rol social de la entidad como tema. Los valores y principios cooperativos de Laboral Kutxa son los que le permiten combinar actividad empresarial con transformación social, y la medición de su impacto es una herramienta que ayuda en ese esfuerzo.

Conclusión. “Lo que se mide, se puede mejorar”, Peter Drucker

No sabemos qué nivel deben alcanzar la ética y el compromiso social de una empresa, pero creemos que medir periódicamente su desempeño en dimensiones socialmente relevantes pone a prueba sus principios morales y ofrece la oportunidad de consolidar los con decisiones y actos. A través del caso de Laboral Kutxa hemos tratado de ilustrar que la medición del impacto puede ser un instrumento de navegación útil para una empresa, pero será siempre accesorio a la brújula moral de sus valores y principios.

Para finalizar, aprovechamos la introspección que esperamos genera nuestro Libro blanco para plantear al lector un sencillo ejercicio de autoevaluación sobre el impacto de su empresa en su entorno. Consiste en hacerse la siguiente pregunta. ¿Estaría tranquilo si las decisiones de negocio importantes que toma mi empresa fueran conocidas por el público o por medios de comunicación? Sea cual sea la respuesta, siempre es bueno conocerse mejor. Además, creemos que medir y tratar de mejorar la dimensión social de la empresa es una decisión estratégica acertada, ya que como sociedad comenzamos a premiar a las empresas comprometidas y responsables.

Escrito por Lucía Hidalgo y Mikel Achotegui, Asociados de B+I Strategy.

Lucía Hidalgo

Directora de Proyectos
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